Termina el periodo legislativo en pocas horas y el espíritu anti-ambiental del parlamento colombiano se refleja en varias actitudes respecto de proyectos de ley que con o sin llamados de urgencia fracasan en la indiferencia que los archiva, los aplaza o los niegan en una u otra cámara.

1- EL FRACKING.- En contravía de las tendencias mundiales, en Colombia, avanza en el fracaso la iniciativa de prohibir a nivel nacional, el uso del Fracking en la exploración y explotación minera. No repetiremos las razones y los argumentos que la ciencia y la experiencia han aportado para igual decisión en casi todos los países del mundo. Pero en Colombia, no. Prevalecen fuerzas extrañas, cínicas banalidades de los parlamentarios, economicismo de la peor laya, mayorías cómplices, terquedad autocrática del gobierno, indiferencia y mesas directivas permisivas que lograron hundir la urgente iniciativa en este sentido: vergüenza y mal futuro para Colombia.

2- ESCAZÚ.- Tampoco son nuevos nuestros comentarios acerca del la aprobación del congreso al convenio que Colombia, junto con 33 países del continente suscribiera en desarrollo de la convención de Río.

Han pasado años desde la fecha del compromiso y años también desde que su firma (a propósito del paro de hace dos años) diera vía libre al pacto internacional. Muchos meses también desde cuando se solicitara trámite de urgencia a la ratificación del tratado (urgencia que legalmente obliga a las mesas del congreso), pero la jugarreta gobierno-parlamento les da sus vergonzosos frutos: el periodo legislativo se va a acabar y la firma del tratado queda en el cajón del olvido.

Entre los puntos del mismo que Colombia se niega de esta manera a suscribir, está el cumplimiento de normas internacionales superiores que el país se comprometió a trabajar y cumplir. El reconocimiento de los derechos de la naturaleza para bien de la humanidad y que estipula el convenio de Escazú y, lo más importante y lo más significativo, la protección debida por parte de las autoridades de los Estados a los defensores ambientalistas. Recordemos que Colombia es el tercer país en el mundo por el número de defensores ambientales asesinados, al lado de líderes indígenas, campesinos y afro-americanos cuya cifra crece con las muertes del paro en manos de la fuerza pública.

La ratificación de Escazú agoniza en el escritorio del presidente del senado porque otros proyectos de urgencia como el de declarar patrimonio nacional al carriel antioqueño.

3- LOS BARCOS DE LA MUERTE: Otra vergüenza ambiental reiteradamente denunciada la constituye la exportación de ganado en pie desde Colombia al cercano oriente que en dos años ha crecido un 300% y que alcanza la cifra de 500.000 reses.

Es indescriptible el escenario de tales travesías por el mar de 2.000 a 7.000 animales por embarque en barcazas improvisadas, entre sus propias heces, con muchos de ellos agonizantes que luego de semanas botan al océano.

La dantesca descripción la hizo este domingo la Fundación –ONG- Sinergia Animal en Planeta Caracol RCN. El senado (con representación ganadera) no quiso tramitar un proyecto que sumaba a disposiciones mundiales la prohibición en Colombia de semejante mercado indigno desde donde se le mire. Por segunda vez este congreso ha archivado la iniciativa.

Fuente: Fundación Amigos del Planeta.

Abrir chat
Hola, ¿En qué te podemos ayudar?
Verificado por MonsterInsights