“La Ley 2047 (Agosto 10 2020) empezará a regir y surtirá sus efectos a partir del cuarto (4) año posterior a su sanción y promulgación y deroga todas las normas que le sean contrarias”. A la fecha se le ha hecha “conejo” a la reglamentación.
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Ministerio de Tecnologías de la Información, están trabajando en campañas y anuncios publicitarios para difundir la prohibición de la experimentación animal con fines cosméticos. El objetivo de las dos entidades es consolidar un proceso de difusión de esta Ley, que facilite el conocimiento y cumplimento de la norma, instalarán mesas de trabajo con el objetivo de generar un diálogo abierto con las empresas privadas, que permitirán coordinar campañas que faciliten la socialización de las características de la ley, de modo que se garantice que todas las partes involucradas comprendan y apliquen las nuevas exigencias relacionadas con la experimentación en animales.
“Nuestra meta es que no solo las compañías, sino también los ciudadanos, comprendan la importancia de esta ley y su impacto positivo en la protección animal”.
El plan incluye campañas educativas y acciones que promuevan prácticas responsables, además de incentivos económicos como becas anuales financiadas, que estarán disponibles durante los próximos 15 años para apoyar proyectos que busquen alternativas a las pruebas en animales en la industria cosmética. Los avances tecnológicos permiten el desarrollo de métodos alternativos más precisos, como modelos de tejidos humanos y simulaciones computarizadas. Se busca garantizar la seguridad de los productos sin comprometer el bienestar animal.
Colectivos animalistas celebran la normativa como un triunfo tras años de activismo, pero insisten en la importancia de una supervisión estricta para evitar posibles incumplimientos. Voceros de organizaciones defensoras de los derechos animales enfatizan la necesidad de prevenir que empresas utilicen vacíos legales para evadir responsabilidades. La vigilancia y la cooperación entre autoridades, sector privado y sociedad civil serán clave para consolidar un modelo libre de crueldad.