El aumento en la cifra de perros atropellados en Bogotá durante el año 2024 (80 perros atropellados), refleja una preocupante situación en la seguridad de los animales en las vías de la ciudad y subraya la necesidad urgente de que conductores y peatones tomen medidas responsables para proteger a los animales que coexisten en nuestro entorno urbano.
Con el fin de mitigar este problema, la administración local ha implementado esta campaña buscando sensibilizar a los conductores sobre la presencia de animales en las carreteras y fomentar prácticas seguras para evitar atropellos. A través de esta iniciativa, se espera generar un cambio en la actitud de los conductores y reducir los incidentes que afectan a los animales. La campaña se está desarrollando en varios paraderos del SITP en los que se han presentado la mayoría de los accidentes que afectan a los perritos en condición de calle. El llamado a la comunidad es para que entre todos cuidemos a los animales y no arriesgar su vida arrojándoles comida en vía pública. Asimismo, llevar un mensaje a los conductores para que reduzcan la velocidad y prevenir accidentes cuando haya perritos en la vía.
Si se ve involucrado en un siniestro que afecta a un animal, es crucial seguir ciertas recomendaciones para manejar la situación de manera responsable. La principal recomendación es no huir del lugar del incidente. Es fundamental llevar al animal a un centro veterinario para recibir la atención adecuada. La legislación actual establece que el conductor que no brinde ayuda al animal puede enfrentarse a penas de entre 12 y 36 meses de prisión, así como a multas que oscilan entre 5 y 60 salarios mínimos mensuales legales vigentes. Estas sanciones buscan asegurar que los conductores cumplan con sus responsabilidades y contribuyan al bienestar de los animales afectados.
La situación es clara: todos los actores viales tienen un papel en la protección de los animales en las vías. La estrategia ‘Pisa el freno. Hay vida en la vía’ busca que todos los conductores se mantengan alerta, generando mayor conciencia y seguridad, pero su éxito depende de la colaboración activa de todos los habitantes de Bogotá. La empatía y la acción rápida pueden marcar la diferencia y evitar tragedias.