La Ciénega de Marroquín-Barranquilla tiene una importancia ambiental muy importante, sostiene la biodiversidad ya que es un área de cría, reproducción y refugio de especies animales en peligro de extinción, en especial de aves. Resguarda la zona costera contra la erosión de vientos y mareas, estabiliza la línea de costa y mantiene la arena sobre la playa.
Estaba destinada a desaparecer, se había convertido en un botadero de basuras y un vertedero de aguas residuales domésticas e industriales, tenía cada año tala de mangles y la devastación de su recurso hídrico por las aguas residuales. Hace dos años la alcaldía de barranquilla se propuso recuperar y conservar este importante patrimonio natural y hoy es un Ecoparque, un espacio de contemplación y de conexión con la naturaleza, de respirar un ambiente sano y de descubrir la riqueza de especies animales y vegetales propias del Caribe colombiano que se encuentran presentes en este gran humedal.
Se adelantó un trabajo de descontaminación a través de una solución basada en la naturaleza con el uso de micro algas cultivadas en el mismo humedal. Dichas algas se encargaron de disminuir las concentraciones de los contaminantes del recurso hídrico, sin necesidad de otros métodos químicos que alteran el ecosistema.
Estos procesos de recuperación ambiental mostró resultados significativos, prueba de ello es que se comenzaron a observar especies como medusas, mantarrayas y otros peces, también se han avistado aves que habían “abandonado” el ecosistema por la contaminación, ahora podrán contemplarse más de 150 especies de aves, 15 especies vegetales, 9 especies de peces y 11 especies de mamíferos.
