Como en cualquier profesión, la ética tiene que regir con sus principios todas las acciones, actividades y deberes públicos y privados de quienes la ejercen.
La ética veterinaria responde profesionalmente por la vida; la vida, la salud y el bienestar de los animales, domésticos y silvestres que se incluyen como valor, a lo social, al orden público, a la sanidad pública, a la ecología y al humanismo.
Por eso es deber del estado su educación superior y especializada; el mantenimiento y sostén de esta rama de la educación y de la salud y vigilar el adecuado y ético ejercicio de la medicina veterinaria, la adquisición y mantenimiento adecuados de sus instrumentos, medicinas y herramientas de trabajo y el desempeño académico y científico de sus profesionales.
Muchas son las quejas que se escuchan desde todos los ángulos de la sociedad respecto de abusos, irresponsabilidades, falta de idoneidad, tanto de médicos veterinarios o simuladores de la profesión, espacios adecuados de clínicas o establecimientos, instrumentalización adecuada, producción, distribución y aplicación de medicamentos adecuados , oportunidad del servicio etc. etc., Y, por supuesto, la falta de vigilancia, investigación y sanciones cuando haya lugar a servicios veterinarios que falten a la ética, los compromisos sociales y contractuales en el campo público como privado en este campo de la ciencia.
Hoy el bienestar de la fauna y su supervivencia está ligado a las responsabilidades cívicas individuales y estatales de los asociados humanos por la vía del derecho y las leyes que lo regulan. En igual sentido el respeto a los animales domésticos y mascotas para con las que existen responsabilidades civiles y sanciones penales a su transgresión.
Los operativos o campañas de salud animal llevados a cabo y supervigilado por entidades públicas tales como vacunaciones o esterilizaciones, no siempre cumplen con los estándares que ordenan la ley, el sentido común y el respeto a los seres vivos. Y es el estado, como rector, vigilante y actor de estas actividades que además hacen parte de la salud pública, los encargados de vigilar la idoneidad del personal, sus instrumentos y dotaciones para cumplir tales fines. También la autorización de los oficios y el título de sus profesionales; finalmente, la sanción a aquellos que de cualquier manera, delincan en los términos del derecho penal relativo al cuidado, preservación de las especies de fauna, a los derechos animales y a las obligaciones humanas para con ellos.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.