A manera de cereza decorativa, sobre el trozo de pescado crudo, (sushi) o el arroz presentado por los japoneses y sus seguidores culinarios, los cazadores-pescadores de este diminuto ser de la naturaleza marítima, (para completar un gramo se necesitan 7 anguilas bebés), determinan con su cruel industria el peligro inminente dela anguila en el mar caribe.

Una verdadera mafia manejada desde Canadá y Japón dirige, financia y grana miles de dólares, negociando con la pobreza de las costas dominicanas y haitianas la pesca marina de estas criaturas. Un plato de sushi decorado con la pequeña anguila puede valer 50 dólares; un kilo completo vale en Santo Domingo 4.400 dólares, pero puesto en el exterior alcanza el formidable precio de 12.000; es el modelo de reproducción capitalista mafiosa que se replica en este negocio ilegal y clandestino, en el que los empobrecidos pescadores, llevan la peor parte que incluye cárcel, amenazas y hasta la muerte.

El proceso de contratación, traspasos, bodegajes y pagos, está dentro del marco comportamental de las mafias internacionales; las mismas que trafican con la fauna o con drogas ilegales; el secreto y la muerte son las reglas y las autoridades- como casi siempre-, sus cómplices en cada país. Tal parece que hasta el asesinato reciente del presidente haitiano, estuvo relacionada con este negocio según Network de Internews.

Fuente: Fundación Amigos del Planeta.

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