Desde 1992 el mundo celebra el 26 de marzo de cada año el Día Internacional del Clima para llamar la atención sobre este conjunto de fenómenos atmosféricos y meteorológicos de cuyas trasformaciones depende al vida del planeta: de sus condiciones variables, depende la vida.
Existen cambios en dichas condiciones derivadas de la transformación natural del complejo planetario pero, son varias y muy graves las causas humanas que alteran esos procesos: el desarrollo industrial multimodal y desbocado promovido por un falso desarrollo y sobre todo por factores económicos y políticos que convierten el desarrollo positivo en busca del bienestar, en desarrollismo para producir y concentrar riqueza .
El fenómeno de la densidad poblacional y sus concentraciones urbanas produce graves alteraciones que van desde el envenenamiento de las aguas de ríos y océanos con sus sobrantes o desperdicios fruto del consumo; del aire enrarecido por emanaciones tóxicas, de las superficies, de las capas geológicas, el agotamiento de recursos agrícolas, la supervivencia de flora y fauna y por supuesto la vida del género humano.
Los efectos de esas graves intervenciones y hechos humanos son los que han merecido la preocupación y medidas que se expresaron en Paris, 2015 y que el mundo (Los Estados, las industrias y la sociedad), no han atendido suficientemente. Tales son, entre otros, el calentamiento global, el efecto invernadero, la contaminación del aire, el agua y los suelos con sus fatales consecuencias.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.
