El infame discurso de los anti-ambientalistas ya conocido y denunciado, implica una radicalización de las derechas del mundo, interesadas como están en un desarrollismo salvaje a base de destrucción de la naturaleza y el consumismo desbordado, para concentrar la riqueza a costa del miserabilismo universal. En ese marco se mueve la discusión sobre la supervivencia humana desde mediados del siglo XX.
Dentro de este panorama se desarrolla la geo-pandemia que sufre la humanidad desde finales del año pasado, 2019. Hemos dicho que existe una concordancia entre el deterioro de la naturaleza y de la ecología y la presencia del covid-19 en todas las latitudes del planeta y desde 2007, el científico y escritor David Quammen viene señalando esta realidad que a gobernantes como no les gusta o no la entienden o no les importa, bajo el designio perverso del crecimiento sin desarrollo humano: niegan el calentamiento global y el cambio climático causado por el hombre; la producción, el mercado está por encima de la biodiversidad, la vida de los bosques o ríos, el suelo y el subsuelo, etcétera.
En el año 2007, Quammen empezó sus publicaciones sobre enfermedades zoonóticas a partir de ejes centrales: evolución, ecología y virus que desarrolló en más de quince libros. En español se conoce uno de ellos, “Contagio, la evolución de las pandemias” (Spillover: Animal Infections and the Next Human Pandemic, en inglés) que parte del estudio histórico de los principales virus zoológicos y la posible llegada de uno fatal “capaz de poner el planeta totalmente al revés (The Next Big One) que será el primero de muchos otros “o hacer algo para cambiar las circunstancias actuales”. “…Zoonosis es una palabra del futuro destinada a usarse mucho en el siglo XXI” advirtió premonitoriamente.
Y que el simplismo reaccionario no diga que “los culpables” son las otras especies animales que conforman la biodiversidad en el mundo, pretexto para los que se dedican con razones alimenticias, deportivas o industriales en aniquilar las otras especies. Pero cree Quammen que otros virus como Sars-Cov-2 evolucionado, el Ébola, la mal llamada gripe española, la viruela, son fruto de la pésima relación del ser humano con otros animales a los que “debemos dejarlos en paz” para que cumplan sus tareas ecológicas. “Los virus más problemáticos –dice-, son precisamente los zoonóticos, los que se propagan a los humanos desde los animales.
Agreguemos para hacer esta justa exaltación del personaje, algunas reflexiones (ver: Diario El Tiempo, Bogotá, noviembre de 2020, págs. 2.1 a 2.3 de “lecturas” y que cita como fuente a facebook.com/lecturaseltiempo ):
“La causa de estos desbordamientos que traen nuevos virus a la humanidad es la interacción humana disruptiva con la vida silvestre especialmente en los ecosistemas altamente diversos…”
“…el tamaño de la población humana y el consumo impulsan todo este ciclo…”
“Todavía podría llegar fácilmente otro Big One (terremoto, que los científicos esperan que ocurra en California, por la falla de San Andrés) en la medida en que continuamos aumentando nuestra población, nuestro consumo y nuestro impacto en el mundo natural”.
(Coexisten) “grandes problemas en este planeta todos creados por nosotros mismos: el cambio climático, la amenaza de una pandemia y la pérdida catastrófica de la diversidad biológica..”
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.