Las nuevas y cada vez mas frecuentes catástrofes de tipo climático, alimenticio, geológico y humano, atentan contra la paz, bien común que debe existir a partir del eco-centrismo, es decir, del respeto al equilibrio racional de la naturaleza, amenazado por el loco “desarrollo” que el hombre impone a la naturaleza y que conduciría a la pérdida total de la vida de todas las especies incluída por supuesto la de sus causantes, el ser humano.
Gran parte de los factores de violencia en Colombia tiene que ver con la violación de los derechos de la naturaleza a la cual nos debemos. La codicia y el monopolio de bienes esenciales para la vida como la tierra o el agua genera guerras y desplazamientos violentos y tugurios urbanos, enfermedades y hambrunas que son la antítesis de derechos naturales y que
promueven la guerra y el ejercicio de los derechos humanos.
Busquemos la paz con la naturaleza para encontrar la paz entre los hombre y así, el libre ejercicio de nuestros derechos humanos.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.