Las mafias plurinacionales de todos los pelambres que al lado de las ilegales industrias coqueras, de dedican a la explotación del oro en el occidente colombiano, envenenan con toneladas de mercurio que utilizan en el proceso de lavado del oro, las aguas de los ríos, la desembocadura en los mares; al paso de semejante tóxico mortal para la fauna terrestre y marina, de toda la vida de peces y animales, moluscos y crustáceos y la del ser humano que bebe de esas aguas envenenadas.
Constituye esa actividad delictiva un atentado a la vida y la posibilidad de un genocidio, es decir, un delito contra la humanidad que debiera perseguirse y castigarse dentro de dicho contexto.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta