La decisión se toma reconociendo su papel como miembros del núcleo familiar. Es una medida que hace parte del proyecto “Soy Familia, No Me Embarguen” que busca proteger el vínculo afectivo entre las personas y sus mascotas, especialmente en contextos de vulnerabilidad emocional o médica.
La norma reforma el Código Civil y el Código General del Proceso para impedir que los animales domésticos sean objeto de embargo, secuestro judicial o cualquier medida cautelar en procesos legales, como disputas conyugales o cobros de deudas.
Por medio de esta ley, se introduce una subcategoría de animales basada en su vínculo afectivo con los humanos, que incluye no solo a perros y gatos, sino también a otras especies como ovejas o gallinas, siempre y cuando vivan en un contexto doméstico y dependan del cuidado humano.
La ley también reconoce a los animales de soporte emocional, definidos como aquellos que brindan asistencia emocional a personas con condiciones de salud mental, siempre que exista una certificación de un profesional de la salud. Esta inclusión refuerza la idea de que los animales no son objetos, sino seres con un rol fundamental en la estabilidad emocional de muchos ciudadanos.
Además de la prohibición del embargo, la norma promueve un trato más compasivo hacia las mascotas, especialmente en contextos judiciales, evitando su separación forzosa de los hogares.
La entrada en vigor de esta ley hace que Colombia avance significativamente en la protección legal y el bienestar de los animales, reconociendo su valor como seres sintientes más allá de lo material, es un paso clave para una sociedad más compasiva y respetuosa con todos los seres vivos.
“El 90 % de los colombianos considera a sus animales como miembros de su familia. Esta ley reconoce ese vínculo y lo protege, especialmente en casos que afectan a niños, adultos mayores y personas emocionalmente vulnerables”.
Fuente: Infoabe