En medio de los majestuosos paisajes del Eje Cafetero, el biólogo danés Christian Frimodt-Møller creó una reserva natural, donde no solo ha sembrado miles de árboles, sino también ha echado raíces. Su historia es testimonio de cómo el amor por la naturaleza y el compromiso ambiental pueden trascender fronteras.
Christian llegó a Colombia hace más de una década con la idea de montar una empresa turística junto a un amigo colombiano, sin embargo, su contacto con la biodiversidad de los parques naturales, pueblos como Salento y Filandia, y los paisajes del Parque Nacional Natural de los Nevados, lo terminó cambiando.
Su visita a los termales de Santa Rosa a una finca ganadera ubicada a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar lo cautivó. “Mientras hablaba con un joven que ordeñaba unas vacas y me mostraba el bosque, noté que la actividad ganadera había degradado el ecosistema, se podían ver los troncos de los árboles que habían talado y ponía en riesgo la vida de muchas especies animales nativas, visualicé entonces el predio como un espacio para desarrollar una actividad de conservación ambiental.
Emprendió una aventura por la conservación ambiental en la región, su proyecto llamado Wild Campo Alegre, es hoy una reserva natural de 731 hectáreas ubicada en Santa Rosa de Cabal, Risaralda, donde se protegen especies amenazadas y se trabaja activamente en la restauración del bosque de niebla.
Así inició Wild Campo Alegre, un nombre que hace honor al río que atraviesa la zona y que nace en el Nevado de Santa Isabel. Con apoyo de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda y la Wild Nature Foundation de Dinamarca, Christian logró convertir la finca en una reserva sin ánimo de lucro dedicada a la conservación.
Entre los objetivos de la reserva está la protección de especies en peligro de extinción como la danta de páramo, el lorito de Fuertes, y mamíferos como el puma, el ocelote, el tigrillo, el yaguarundí y el oso de anteojos.Para facilitar su libre tránsito, Christian ha retirado más de 30 kilómetros de alambre de púas permitiendo que los animales crucen sin obstáculos. Las cámaras trampa instaladas en la zona han captado imágenes de pumas y dantas desplazándose libremente. “La aparición del oso andino es más esporádica porque su hábitat está ubicado en un piso térmico más alto”.
Con el apoyo de Carder (Corporación Autónoma Regional de Risaralda) ya se han sembrado más de 250.000 plántulas para restaurar el bosque de niebla. Ha protegido las fuentes hídricas que son clave, en la reserva está prohibida la pesca y se cuidan quebradas y ríos que nacen en la montaña.
Wild Campo Alegre es un futuro centro de investigación, además de ser un santuario natural, Christian quiere que Wild Campo Alegre se convierta en un centro de investigación científica, por lo que ya ha iniciado contactos con universidades de Dinamarca para desarrollar proyectos conjuntos con instituciones colombianas.
Christian tiene como sueño a largo plazo restaurar completamente el ecosistema y ampliar la reserva mediante la compra de más tierras. “La idea es dejar el bosque como era antes”.
Fuente: Wild campo Alegre Colombia