Se trata de Paco, Kratos, Rafa y Polo. Estos cuatro caninos componen la Fuerza Peluda, un programa de humanización del HOMIL que busca acompañar a los pacientes, la mayoría militares heridos en combate, en sus procesos de recuperación a través de visitas asistidas con animales. Esta iniciativa ofrece un tratamiento integral que abarca tanto la salud física como la emocional de los enfermos.

La Fuerza Peluda inició con Kratos, un pastor belga malinois que fue cedido por la Fuerza Aérea Colombiana. Llegó al hospital para demostrar que aunque no todos los perros son aptos para las labores de búsqueda y rescate, sí tienen habilidades muy valiosas que ayudan en el bienestar de los humanos. A él se le unieron otros tres peludos, uno de ellos es Paco, un perro criollo que llegó por sus propios medios.

“Un día a la puerta del hospital llegó Paco. Estaba acostado en la entrada y muy herido. Nadie lo reclamó, no tenía familia. Nosotros lo llevamos al veterinario, le ayudamos a curar sus heridas, lo adoptamos y lo integramos a la Fuerza Peluda. Ahora es una mascota de apoyo emocional que ayuda a los pacientes que se encuentran en recuperación”.

Rafa y Polo son dos labradores cachorros entregados por el Ejército Nacional, están en proceso de entrenamiento y se espera que pronto puedan realizar interacciones terapéuticas en varias áreas del hospital, incluyendo las salas de espera y las zonas de recuperación.

Todos los perros del programa, reciben los cuidados necesarios para cumplir con su noble labor. Cada uno tiene un área destinada para su descanso, donde se les garantiza el bienestar en cuanto a alimentación, salud y juego. “No todo es trabajo, ellos también tienen horarios de descanso. Todos los días alternamos las visitas de los perritos para que mientras unos están trabajando, los otros puedan descansar. Además, cada uno tiene su propio guía canino”.

Además de Fuerza Peluda, la estrategia de humanización con animales del HOMIL cuenta con el programa Issy, el cual promueve el acompañamiento de las mascotas de los pacientes con estancias prolongadas. En estos casos, los propios perros y gatos de las personas hospitalizadas se encargan de dar ese apoyo emocional.

El programa Issy comenzó con una solicitud específica: los familiares de una paciente en estado terminal le preguntaron al personal médico si era factible que su animal de compañía, una gatita llamada Issy, pudiera visitarla en sus últimos días. Aceptaron la solicitud y, desde entonces, cualquier paciente que se encuentre hospitalizado por un periodo de más de tres días puede solicitar el ingreso de su peludo.

Tanto los seres de cuatro patas de Fuerza Peluda, como los que se acogen al programa Issy, son parte fundamental a la hora de garantizar el bienestar y la salud de los pacientes y colaboradores en el entorno hospitalario. Ellos demuestran por qué el amor de una mascota es la mejor medicina.

Fuente: https://www.facebook.com/watch/?v=386312244520179

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