¿Una mayor “visibilizarían” –como ahora se dice- o crecimiento exponencial de los abusos y delitos cometidos contra todo tipo de animales?
Lo cierto es que denuncias y crónicas periodísticas y de las redes, informes ciudadanos y denuncias formales, dan cuenta de la comisión de múltiples y variadas conductas humanas que violan las normas, la convivencia y por sobre todo el sentido común y racional del ser humano ante la naturaleza.
Nos estamos refiriendo a una larga y constante publicidad de crueldades que en una y otra parte se suceden contra los animales. Enumerar los casos en esta alerta, nada ayudaría a corregirlo. Amos de animales domésticos –gatos o perros- que someten a sus mascotas al abandono, los castigos crueles, el hambre y la sed; animales silvestres que terminan ilegalmente domesticados para gusto de sus dueños, entrenamiento para circos o decoración exótica; animales de granja y trabajo como los coches, carretillas, arados etcétera, que sufren excesos en el trabajo o sobre explotación; animales de la fauna silvestre desplazados por el urbanismo, el falso turismo o la cacería, para disfrute de sus practicantes; envenenamiento, torturas sádicas, persecuciones indebidas, son un conjunto de realidades producidas por el ser humano contra la naturaleza y que se saben y se conocen por canales informales en nuestras ciudades, carreteras y bosques. Monos, osos de anteojos, mamíferos, serpientes, aves de todas las regiones y tamaños, entre la fauna silvestre. Animales de granja, hacinados y sacrificados sin regulación alguna; mataderos legales y clandestinos en pueblos y veredas; animales con fines de ordeño, cría y sacrificio legal ,”todos a una”, como en Fuenteovejuna, sufriendo las violaciones de leyes que protegen los derechos de los animales que no se cumplen.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.