Rosamira Guillén, la activista colombiana que lucha por preservar la vida de los monos tití, una especie de primates en riesgo crítico de extinción que solo habita en los bosques tropicales del Caribe colombiano.
El tití cabeciblanco está en riesgo crítico de extinción por los efectos del cambio climático, el tráfico ilegal y la dramática pérdida de su hábitat, pues la estabilidad de sus poblaciones está fuertemente determinada por la buena salud y abundantes recursos del bosque. Se alimentan de insectos y frutas, lo que lo convierte en un importante difusor de semillas a través de las heces. El tití cabeciblanco contribuye a la regeneración de bosques, la colonización, el flujo genético y la distribución espacial de muchas especies vegetales. Si el tití cabeciblanco se extingue, estos servicios ecosistémicos desaparecerían junto con él.
Para Rosamira Guillén, gestora ambiental y directora ejecutiva de la Fundación Proyecto Tití, el trabajo que se ha realizado durante todos estos años va más allá de la conservación de la especie. “Como resultado de nuestra gestión, hemos logrado proteger cerca de 5400 hectáreas de bosque en los departamentos de Atlántico y Bolívar”. Creó un corredor biológico de 8000 hectáreas para garantizar la conectividad y el intercambio entre las diferentes subpoblaciones de la especie en vida libre.
El proyecto tití ha acompañado la creación de cuatro áreas protegidas: dos Parques Naturales Regionales, como El Ceibal Mono Tití en Santa Catalina, Bolívar, con 421 hectáreas, y Los Rosales en Luruaco, Atlántico, con 1304 hectáreas; la Reserva Forestal Protectora El Palomar en Piojó, Atlántico, con 772 hectáreas, y el Distrito Regional de Manejo Integrado El Palmar del Tití en Piojó y Luruaco, Atlántico, con 2622 hectáreas. Además, también acompañaron la creación de la Reserva Natural de la Sociedad Civil ‘Los Titíes de San Juan’ que suma 261 hectáreas para proteger a este pequeño primate y que son propiedad de la Fundación Proyecto Tití en el municipio de San Juan Nepomuceno, Bolívar.
Este primate, que no pesa más de 500 gramos y se distribuye en siete departamentos del país —Chocó, Antioquia, Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico y Magdalena.