Los orangutanes juegan un papel vital en sus hábitats naturales. Tanto en los ecosistemas tropicales de Sumatra (Pongo abelii), como en los de Borneo (Pongo pygmaeus). Esta es la principal razón por la que deben ser protegidos de la extinción a toda costa.

Como muchos herbívoros nativos, los orangutanes son considerados los ‘jardineros’ de sus hábitats. Porque dispersan y esparcen las semillas de muchas de las frutas de las que se alimentan. De esta forma contribuyen a la reforestación, a la renovación y a la buena salud de la selva.

El orangután también es una ‘especie paraguas’. Con este término se designa a aquellas especies que tiene un rol significativo a la hora de planificar estrategias de conservación. Por qué protegiéndolos a ellos, se contribuye indirectamente a la preservación y supervivencia de muchas otras especies vecinas. En este caso, salvar a los orangutanes ayuda a los tigres de Sumatra, cálaos, leopardos nublados, cocodrilos, elefantes pigmeos y muchos más.

Los orangutanes son una eficaz especie paraguas gracias al tamaño de su hábitat y a su comportamiento itinerante. Eso implica que cada individuo necesita un gran territorio para patrullar. Y lo hace trasladándose por entre las copas de los árboles y el dosel. Porque es donde encuentra el 90% de su alimento.

Frágil equilibrio ecosistémico

En una selva espesa y densa, alimentarse es una tarea bastante dificultosa. Las frutas son cíclicas, pero hay que ir a por ellas. Y los suelos son pobres, por lo que los nutrientes a ras también lo son. Es por esta razón particular que el comportamiento de los orangutanes contribuye a que existen grandes áreas de selva próspera. Lo que hace que los ecosistemas asociados tengan buena salud.

Por eso, en los bosques que los orangutanes recorren con asiduidad, la mayoría de plantas y animales viven de forma sostenible. La riqueza y calidad de la biodiversidad forestal se correlaciona positiva y directamente con la densidad de individuos de dicha especie.

Cuando el hábitat de estos monos es sostenible y está bien protegido, el resto de animales de su mismo hábitat progresa de forma saludable. Además, el crecimiento natural de las plantas se desarrolla y da paso a una vida silvestre próspera. Esto da cuenta del frágil, pero necesario equilibrio que existe en cada entorno. Y lo que muchas veces se olvida es que la supervivencia de los seres humanos depende en gran medida de la de los bosques tropicales y sus recursos.

En gravísimo peligro de extinción

Los orangutanes están desapareciendo a un ritmo alarmante, principalmente debido a la caza excesiva, al tráfico ilegal de vida silvestre y a la deforestación para cultivar aceite de palma. Ello implica la desaparición de miles de otros animales y plantas que habitan estos frágiles ecosistemas. Y con ellos se esfuman importantes sumideros de carbono que ayudan a combatir el cambio climático.

Los bosques tropicales almacenan alrededor del 20% del oxígeno de la Tierra. Pero, además, ayudan a estabilizar el clima global. Muchos científicos alertan de la considerable reducción de dicho papel. Puesto que la desforestación amenaza con llegar a un punto de ruptura del cual ninguna selva se recuperará jamás.

No solo los orangutanes están en peligro de desaparecer. Muchas otras especies que comparten hábitat también lo están. El tigre, el elefante pigmeo o el leopardo nublado podrían extinguirse por culpa de nuestro estilo de vida. Sin dudas, seguimos siendo los peores vecinos de planeta que cualquier especie puede padecer. Día Mundial del Orangután 2022.

Fuente: https://www.ecoticias.com/naturaleza/dia-mundial-del-orangutan-2022

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