En los campos de caña de azúcar en el valle del río Cauca se cuenta naturalmente con un gran aliado para el combate de los barrenadores del tallo Diatraea spp. Las moscas taquínidas de la especie Genea jaynesi constituyen uno de los mejores reguladores de estos barrenadores del tallo en toda la región.
La globalización entendida como la creciente integración económica de todos los países a través del intercambio de mercancías, servicios y la difusión de tecnología, ha proporcionado comodidades, facilidades y abaratamiento de costos pero también generado problemas. Uno de ellos es la desaforada explotación de los recursos naturales: se necesitarán dos planetas Tierra para sostener a la población del año 2050. Las noticias que dan cuenta de la afectación de recursos naturales están a la orden del día: la Amazonia deforestada, los ríos de Colombia y la Guayana contaminados de mercurio por la sed del oro, las guerras en el Asia que encubren motivaciones económicas y que dejan regiones fértiles convertidas en desiertos, y ni hablar de que hay más de 600 especies de animales en vías de extinción.
En un mundo globalizado también las plagas se globalizan. La pandemia que hoy vivimos es una muestra. Pero hay otras que por fortuna no han tenido efectos tan catastróficos, aunque han llegado a nuestros campos. La solución más facilista y rápida para enfrentarlas ha sido la de recurrir a pesticidas, fertilizantes y una gama de productos químicos que terminan envenenando fuentes de agua y especies nativas que no están aptas para sobrevivir con niveles altos de toxicidad.
Para superar estos escenarios y llamar la atención acerca de la necesidad de dejar a un lado estos controles químicos es que se ha promocionado el 18 de febrero como Día Internacional del Control Biológico. La Organización Internacional de lucha Biológica (OILB) define este término así: utilización de organismos vivos, o de sus productos, para evitar o reducir las pérdidas o daños causados por los organismos nocivos.
La idea que desarrolla esta estrategia de control de plagas es muy simple: si una plaga es importada, es decir que viene de otra región del mundo, se debe averiguar cuáles son los enemigos naturales que tiene esta plaga en su ecosistema de origen; luego de identificados, se estudian y prueban en el país de destino para asegurarles a esos insectos enemigos la supervivencia en el nuevo entorno. Como hacer este trasteo de insectos para combatir una plaga tiene sus riesgos (ellos mismos pueden proliferar y acabar con otras especies hasta volverse otro problema), se debe realizan experimentos en un ambiente controlado para determinar si se dirigen a otros huéspedes (en el caso de parásitos) o presas (en el caso de depredadores), además de la plaga que se debe controlar.
En resumen, los expertos en el tema tienen la última palabra: dan fe de esto los siguientes 4 ejemplos de control exitoso de plagas:
La cochinilla harinosa de la mandioca (Phenacoccus manihoti) estaba dañando los cultivos de yuca (Manihot esculenta) en Nigeria y otros países africanos, y se controló gracias a la importación de la avispita Epidinocarsis lopezi, un parásito sudamericano.
La avispa parásita norteamericana Aphelinus mali controló al pulgón lanígero del manzano (Eriosoma lanigerum) en Nueva Zelanda y luego este caso de éxito se replicó en huertos de todo el mundo.
El piojo harinoso del mango (Rastrococcus invadens), originario del sudeste de Asia, se controló en Togo, Benin, Nigeria y otros países africanos mediante parasitoides endófagos importados de la India (Gyranusoidea tebygi y Anagyrus mangicola).
Estos cuatro ejemplos nos muestran que haciendo uso de la ciencia y respetando la naturaleza, el ser humano puede vivir en armonía con ella. Quizás esta pandemia sea también una forma de control biológico de la naturaleza para frenar el abuso del ser humano. En el campo de las ciencias naturales hay cosas por descubrir, a lo mejor los insectos heredarán la tierra. Y esto sí que será un golpe para los mansos de los que habla la sagrada biblia.