El actual gobierno agoniza en medio de un río de sangre en el que se pierden personas y nombres de cientos de víctimas fruto perverso de homicidios, atentados, masacres de los más diversos orígenes y causas; ni el gobierno sabe el número y los nombres de las víctimas que fueron en muchos casos, líderes sociales, luchadores de tierra, representantes étnicos, defensores del medio ambiente. Y ocurre en todo el país: Chocó, Norte de Santander, Meta, Cauca y Nariño, Antioquia, Arauca, Valle, Putumayo…Para el Estado y sus burócratas les basta con decir que son obra de los enemigos catalogados en intrincadas listas de denominaciones sin enterarse siquiera que la prevención, control territorial, garantías individuales y sociales, de la vida y bienes de los ciudadanos, de las investigaciones y sanciones, hacen parte de sus tareas esenciales y de sus responsabilidades.
El caso de Buenos Aires en las Delicias, en el Cauca, consterna y repugna. Breiner David Cucuñame era un niño y un líder Nasa de su resguardo indígena y sean quienes fueren los autores físicos e intelectuales del asesinato, es evidente la ausencia del Estado que como siempre, ex -post-facto, montan la pantomima de los consejos de seguridad, traslados militares y escenas de terror, para darle curso a proclamas y mensajes huecos que profundizan el dolor.
David Cucuñame, fue víctima de los interesados en destruir el medio ambiente que David, defendía con el sentido natural de sus ancestros indígenas y su bella voluntad de apenas 14 años de vida. Y no se diga que fue víctima de una “confrontación” entre grupos armados y los indígenas, como lo sugiere alguna información. La ausencia real del Estado, como siempre, es el signo de la impunidad en éste como en otros muchos casos del asesinato de líderes ambientales. Por eso protesta Edwin Capaz a nombre del CRIC y en el mismo sentido la WWF , ONG internacional y con ellos, todos nosotros.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.