Desde los tiempos de las caucheras, la colonización forzada causada por el desplazamiento de la violencia de los años 40 y 50s del siglo pasado, la presencia de la insurgencia, la llegada de las mafias y el narcotráfico y finalmente la irrupción de madereros y ganaderos, explican la destrucción de la selva amazónica y la nueva violencia contra comunidades y contra la naturaleza. Una ausencia integral de las instituciones explica ese drama de la nación, esa enajenación constante y creciente del país y la indiferencia u omisión del Estado respecto de sus deberes sociales, ambientales y políticos.
Paradójicamente, en tanto el Estado fue reemplazado por la “autoridad” guerrillera, el medio ambiente selvático se mantuvo más o menos. En efecto, según versión generalizada de los pobladores, “los rebeldes imponían su ley y controlaban el ingreso de cultivadores y compradores de coca” (Diario el Tiempo, enero 9 de 2022,pág 2.3) y este periódico afirma que “en la Amazonia, la destrucción de la vegetación pasó de 56.062 hectáreas a 132.205 entre el 2015 (fecha de la firma de la paz) y el 2017…”.
La deforestación “avanza paralela a la trocha ganadera…Los guerrilleros que firmaron la paz en 2016 se fueron y tras ellos llegaron por esa misma vía…,acaparadores de predios que nadie se atreve a identificar. El Estado nunca asumió el control….la gran tala – aclara Calle, no viene del campesino, sino del comerciante de tierras y ganado llegados de afuera. Los nuevos inmigrantes sin licencia estatal y con el favor de su omisión, hicieron “fundaciones” sobre terrenos baldíos o de reserva forestal…”El tema de la deforestación está siendo catalogado como una mafia”…la mayor deforestación del siglo, se dio en el Guaviare en 2017…aquí nadie sabe quién es propietario de la tierra…”, dice el responsable de la gobernación…”
El trabajo periodístico de David Salazar del cual extrajimos los apartes para este comentario, agrega que los aborígenes Nukak, apenas contactados hace 33 años, han sucumbido ante la violencia cultural y física que incluye la deforestación y el desplazamiento.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.