-Comparativamente, Bogotá sufrió este diciembre un retroceso evidente en cuanto al control del uso irresponsable de la pólvora, en relación con años anteriores; no se implementaron políticas y controles acordes con las normas vigentes, con daños a la salud, la integridad de niños y adultos; con conatos de incendios, daños a parques y bosques y el dramático daño a los animales que espantados por el ruido, abandonaron sus nidos, sus hábitats y un número muy grande de mascotas perdieron la vida y se registraron cientos de pérdidas.

Comparada Bogotá con el resto del país, el daño de la pólvora no fue tan grave; en Cali, 1.095 mascotas huyeron despavoridas y otras murieron infartadas; allí como en Antioquia, Caldas, Tolima y el resto del país, la pólvora produjo heridas, mutilaciones y quemaduras a más de 1.200 personas y se repitió el drama para mascotas y animales silvestres.

CORRALEJAS

Contra viejas disposiciones, algunas ciudades y poblaciones de la costa: Urabá, Cesar, Bolívar, insisten en “celebrar” sus fiestas con las macabras corralejas que como se ha dicho, dejan personas heridas, caballos y toros muertos en medio de la orgía de licor y pólvora. Valledupar –dice la prensa-, a pesar de estar prohibida esta práctica construye, con participación de las autoridades municipales, los andamios de las corralejas sin que la autoridad obre como debe ser.

-TOREO

Manizales cada vez más sola, celebra su feria con las corridas de toros en torno de las cuales fomentan irresponsablemente entre los niños, el gusto por esta actividad: deplorable. Ni tradición ni cultura es el toreo, repudiado o ignorado por el mundo.

-GASTRONOMÍA

Informaciones de prensa (RCN Radio, Caracol), dan cuenta de un curioso programa televisivo reproducido en Ecuador en el que se promueve el consumo de carnes exóticas: chigüiro, venado, tiburón, babilla, violando las normas que protegen la biodiversidad y preservación de especies de la fauna. Se trata de otro de los excesos producidos por la excéntrica sociedad de consumo.

-ECOLOGÍA EN BOGOTÁ

Las llantas de buses, camiones, bicicletas y automóviles son las basuras de la “civilización” que constituyen un desastre ecológico. La ciudad, se ve inundada por ellas en calles, parques, zonas verdes, quebradas, humedales que causan deterioro y desastres ecológicos, ambientales y de salud. Una campaña en buena hora auspiciada por la secretaría respectiva del distrito ha recogido en la ciudad varias toneladas de estos adminículos sobrantes con la colaboración de la ciudadanía. Muy positiva tarea.

Fuente: Fundación Amigos del Planeta.

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