Al lado del tráfico de la fauna silvestre, manejado por mafias internacionales y que representa uno de los negocios criminales más poderosos del crimen internacional organizado, existen otras formas del tráfico que ofenden a la naturaleza y la dignidad humana.
Empecemos por recordar el tráfico de especies bovinas manipuladas para servir de víctimas en los festejos taurinos; es una lenta y cruel manipulación que empieza en los corrales de poderosos hacendados hasta convertir a los individuos en vergonzosa mercancía taurina destinada a divertir a los oficiantes, en víctimas mortales y espectáculo que afortunadamente se encuentra en el mundo en vía de extinción. Acompañemos a nuestros buenos legisladores para que por medio de leyes claras se acabe de una vez por todas con esa insana diversión.
Por la vía del comercio internacional los ganaderos empoderados desde arriba exportan ganado en pie en medio de torturas e insalubridades de muchos meses para satisfacer mercados internacionales violando normas internacionales: se trata de un tráfico que espanta.
Los equinos no escapan a tale negocios bajo el pretexto de razas y domas que perfilan ejemplares caballares con destino a ferias y corrales de mafiosos que los adquieren, coleccionan, exhiben y ferian para enriquecer las arcas de delincuentes ambiciosos.
No menos indignante es la venta de perros de raza aptos para peleas o los mercados regionales de gallos para riñas, negocios y diversiones que envilecen. En estos casos, la ley que prohíbe el maltrato y muerte de animales, no se cumple tampoco.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.
