El Día Mundial de los Chimpancés fue creado por el Instituto Jane Godall y se celebra desde 2018. Se eligió el 14 de julio, porque fue precisamente ese día del año 1960, cuando la célebre investigadora y bromatóloga llegó por primera vez a la reserva de chimpancés de Tanzania, que hoy es mundialmente conocida como Parque Nacional Gombe Stream.

Entre los objetivos que tiene esta conmemoración está el de informar acerca de la importancia que tienen estos magníficos simios, con quienes los seres humanos compartimos casi el 98% de material genético. También es vital alertar al mundo acerca de las amenazas más graves que se ciernen sobre ellos y que han puesto a varias especies de chimpancés al borde de la extinción.

Pérdida de hábitat Los chimpancés son especies arborícolas por lo que la deforestación es su principal amenaza. En los últimos 20 años se talaron casi 2.5 millones de km2 de bosques en todo el mundo y las tierras arrebatadas a estos simios se dedicaron primordialmente a las actividades agropecuarias y a la especulación inmobiliaria. Los incendios forestales que han sufrido los bosques en los que viven los chimpancés también han causado estragos en sus poblaciones, ya que además de las pérdidas de vidas, sus hábitats quedan reducidos a cenizas. Los bosques primarios que desaparecen por fuegos accidentales, naturales o mayoritariamente por los que son provocados para plantar aceite de palma o abastecer a la industria del papel, son irrecuperables. Las guerras entre humanos también tienen pésimas consecuencias entre los animales. Los hábitats de los chimpancés se han visto envueltos en conflictos bélicos, que provocan su caza para alimentar a las hambrientas poblaciones, se los ha vendido para obtener divisas con las que comprar armas o directamente han caído víctimas inocentes de los enfrentamientos.

Caza furtiva y tráfico ilegal Si bien la caza furtiva es una práctica que en la mayoría de los países está prohibida, sigue siendo muy común, puesto que es una excelente fuente de dinero para poblaciones que no tienen recursos. Los chimpancés se matan por su carne y para traficar con ellos. Y este “negocio” funciona, porque hay gente con mucho dinero y nada de escrúpulos capaz de pagar el precio que sea por obtener lo que les apetece.

Aún existen quienes pagan por crías de chimpancés para tenerlas como mascotas y la farmacopea tradicional demanda grandes cantidades de chimpancés, dado que su proximidad genética con los humanos los hace los individuos más aptos para probar todo tipo de medicamentos en ellos (de hecho, las vacunas contra la COVID 19 se experimentaron primero en primates antes que en humanos).

Enfermedades La fragmentación de los hábitats de los chimpancés hace que su salud sea más frágil, por lo que la aparición de un virus o de otro tipo de patología puede aniquilar a una población aislada y poco numerosa. Estas afecciones pueden ser mutaciones naturales o contagios entre humanos (locales o turistas) y animales, que muchas veces no necesitan siquiera del contacto físico para atacarlos y exterminarlos.

Fuente: Noticias Medio Ambiente

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