La Fundación Amigos del Planeta, consecuente con uno de sus objetivos esenciales: la vida del mundo como una totalidad, propone dedicar este mes a reflexiones sobre la vida de los océanos, su razón de ser, el papel que cumplen, los procesos y funciones de sus aguas en relación con la vidas humana, el clima y el futuro universal. El mundo ha señalado para ello, el ocho de junio, mes que comienza.
El agua en su conjunto, conforma la parte mayoritaria en la composición del mundo, de sus seres vivos y animados y de su geografía. Los océanos son las ¾ partes de la totalidad del globo terráqueo que habitamos y destruimos a diario.
Si quisiésemos imaginar para un relato la vida de los océanos, tocaría empezar por sus orígenes en la gran aventura de las aguas por las rutas del tiempo:
En principio, son un glaciar sumergido entre las nubes allá, en las altísimas montañas; con la ayuda del sol y del viento, de la gravedad y las cuestas, esos hielos dejan caer gotitas que conforman las primeras corrientes de agua, puras y cristalinas; una cita milenaria las va convocando en sus caminos labrados por ella misma hasta formar quebradas, riachuelos que a su turno van a formar el rumor de los ríos en las vertientes de las cordilleras hasta conformas en las llanuras bajas las grandes arterias de los poderosos ríos…, hasta llegar a las costas de todos los mares donde en ramificaciones y deltas le entregan sus caudales al océano.
Desde otros sitios y en otros viajes los casquetes polares del eje planetario, derriten con la ayuda de los ciclos climáticos, parte de sus perpetuos hielos y, en las alturas una formidable máquina regula las evaporaciones y las masas de nubes para soportar las cabidas del océano o generar las lluvias y nevadas que alimentan sus fuentes. Estamos hablando de la formidable aventura de la vida de los océanos, las ¾ partes de nuestro planeta.
Los océanos, su fondo, su sub-fondo y sus riberas, constituyen por sí mismos, otro universo poblado de seres que todavía desconocemos en buena parte, tanto como su morfología, sus especies, sus conformaciones vivas. Otra vez la imaginación para que mientras la ciencia explica, nos preste sus fabulas para entender sus milagros. Así lo hicieron los antiguos, así, los primeros navegantes, los artistas, los poetas…
Ese escenario maravilloso es el escenario natural –el hábitat-, de un mundo que complementa la vida de las superficies y de las alturas terrenas de nuestro mundo, el que habitamos los humanos y otras especies. Pero allá en sus superficies rizadas por el viento o en sus profundidades, habitan otros seres. Unos, formidables especies microscópicas en agitada vida de flora y fauna, en la base de la pirámide oceánica de las cadenas biológicas y alimenticias, en constante movimiento de vida y de muerte. Luego, otros seres vivos y móviles de mayor dimensión, cumpliendo su papel protagónico de especies hasta llegar a los formidables gigantes de la naturaleza terráquea: El ser vivo más grande del universo, la ballena o el chacalote mamíferos como nosotros y cientos de miles de otros animales formidables: las anguilas de mar, los tiburones, las tortugas gigantes, las fabulosas medusas, el pez martillo, las enormes sierras, las rayas enormes, el pulpo, el argonauta y una flora misteriosa y gigante también que hasta las costas llega con los manglares y con los crustáceos, los corales y sus colonias, las esponjas, los rizópodos, los flagelados….otro universo de vida.
Y, la parte triste que empezamos a enumerar para sufrir la tristeza de la depredación. Las lluvias del cielo por culpa del los venenos que ha depositado allá el ser humano, llora sobre los océanos veneno, ciclones, desorden climático, calentamiento global y deshielos letales; Des los cascos polares se desprenden hielos del tamaño de paises y continentes capaces de destruir la vidas terrestre y desde tierra firme se arrasa con la depredación del subsuelo y desde el fondo del mar con las exploraciones petroleras; también por el calentamiento global se amenaza al mar tanto como al resto del mundo. Se altera la biodiversidad y se extinguen especies o se generan plagas, fenómenos de los que el océanos no0 está ausente como gran receptor de la basura humana. Se dice y se sabe que ya sus fondos de vida mueren asfixiados por el mercado del consumo que envía a su seno infinito los sobrantes peligrosos, las basuras no biodegradables y ese cáncer de la modernidad que son los plásticos y similares.
Como se observa, en nuestros tiempos no es amable la lectura de los océanos y sus fuentes.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.