Centenares de miles de abejas han muerto en inmediaciones de Nuevo Colón, Boyacá a causa de los insecticidas y otros productos destinados a las actividades agrícolas; el rendimiento productivo impulsa a los agricultores al uso y abuso de esos tóxicos con perjuicio del orden ecológico y la vida de otros seres, entre ellos las abejas que hacen parte del equilibrio necesario y las cadenas biológicas así como la salud de habitantes de la región y de los consumidores de la producción.
Además, los apicultores sufren el descalabro económico y la ruina de sus empresas melíferas. Se han registrado otros desastres relacionados con las abejas en el viejo Caldas, Cundinamarca, Valle y Boyacá ante la falta de vigilancia y políticas estatales en relación con productos químicos como el glifosato y agroquímicos e insecticidas.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.
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