La ciencia sorprende. Los mitos, los dogmas, las creencias populares, la imaginación creadora, son instancias de la creación en función de la civilización y la cultura. Son fruto de la curiosidad intelectual que caracteriza al ser humano, único animal que piensa. Lo que explica el proceso a veces invasivo del hombre sobre la naturaleza a lo largo de las siglos: desde el mito del Arca de Noé para salvar de la inundación universal a las especies animales en el arca, hasta la actual inteligencia artificial que justifica hasta la manipulación genética sobre otras especies y aún sobre el ser humano mismo, o sobre la naturaleza misma, fauna y flora, con afanes utilitaristas de lucro y poder.

La noticia de estos día se refiere al acto “resurreccional” del lobo del “Game of Thrones” por medio de edición genética para revivir una especie de lobo extinta hace miles de años y que plantean enigmas éticos, ecológicos y consecuencias imprevisibles para la vida misma.

Las modificaciones atmosféricas, geológicas, alimenticias, etc. del mundo en que vivimos tienen como causa general , los cambios naturales pero, cada vez más, las indebidas intervenciones del ser humano que perturban y destruyen el suelo, el subsuelo, la atmósfera, las aguas y sus cursos ,la fauna y la flora es decir la vida misma, sin ahorrar destrucción con ímpetus utilitarios voraces.

No es difícil pensar que el “experimento” que nos ocupa, hace parte de ese afán utilitarista manejado desde el poder, el mismo que controla y produce la impredecible inteligencia artificial: Realidad y ficción.

Una compañía científica ha logrado revivir al “lobo terrible”, luego de 12.500 años de haber desaparecido de la tierra, “creando embriones a partir de células modificadas del lobo gris implantadas en hembras caninas”. El resultado son Rómulo y Remo, cachorros producto del experimento. El alcance del fenómeno, es impensable por lo pronto, pero plantea gravísimas consecuencias éticas y llega a un límite impensado que podría modificar gravemente el futuro del mundo y de la humanidad, maltratada ya por otras aventuras audaces de la ciencia.

El hombre ha sido desde siempre, un depredador en función de la codicia. El que fuera en tiempos remotos cazador para la subsistencia se convirtió en cazador por diversión a costa de las especies que se siguen extinguiendo; con expectativas de riqueza, perforan la tierra en busca de minerales preciosos; el bienestar que deriva de la ciudad, pone en peligro ahora, humedales y campos de cultivo; la crueldad industrial sacrifica aves y ganado en galpones y lugares inicuos; los que humanizan los animales de compañía, los mutilan, los amputan y someten a mutaciones genéticas. Su depredación altera el clima, el curso de las aguas, la vida de los insectos, el régimen de lluvias con inundaciones, incendios y sequías… Debe comenzar una discusión profunda por parte de la ética, la ecología y la naturaleza, a todos los niveles.

Fuente: Alejandra López Plazas, redacción en : Diario El Tiempo, Bogotá, 13 de abril de 2025, página 2.9, sección “A Fondo”.

Abrir chat
Hola, ¿En qué te podemos ayudar?
Verificado por MonsterInsights