La página de Amigos del Planeta ha venido registrando los importantes esfuerzos legislativos llevados a cabo por iniciativa de congresistas comprometidos con la protección de los animales (fauna silvestre y animales domésticos), así como los esfuerzos regionales de los gobiernos de países amazónicos (COP de Belem, Reunión de Santa Marta, etc.) a fin de mitigar los daños causados por la intervención del hombre y sus actividades de desarrollo legal e ilegal en aspectos como la minería, la ganadería, la explotación de oro , la industria maderera, etc., que han alterado el equilibrio ecológico y producido los cambios climáticos. La extinción de especies de fauna y flora, la alteración de las fuentes de agua, sus cursos y fuentes, el régimen de lluvias, etc.

Pero ocurre que tantos esfuerzos, nacionales e internacionales, no han sido suficientes para detener el desastre que producen tales intervenciones sobre la naturaleza y la vida.

Posotivo sí, que dichos esfuerzos han generado una conciencia universal sobre el peligro que la especie humana y su codicia han provocado a sus entornos y que ocurren por cuenta de tan dañosas actividades antropogénicas que son una especie de “SUICIDIO COLECTIVO” de la humanidad.

No obstante tanto esfuerzo, si se quiere tardío, el desastre avanza y temas como la cacería marítima de especies claves en los ciclos de vida como las ballenas y el escualo (tiburón), en manos de delincuentes trasnacionales, protegidos por el ademán imperialista de los países del primer mundo, contribuyen al desastre ecológico. Se requiere por parte de todos una visión total del mundo para comprender los mecanismos de sus complejos equilibrios y legislaciones universales efectivas, tanto como convenios multilaterales, vigilancias permanentes y normas punitivas ciertas para detener esos delitos que deben ser de lesa humanidad y sancionarse en conformidad. Se trata pues, de una protección integral de la naturaleza en función de la vida.

Fuente: Fundación Amigos del Planeta S.H.

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