Hace unos días, el mundo celebró el día del perro, un merecido homenaje al can el leal y más antiguo compañero del hombre y sus procesos de vida a través de los siglos.
Cuántos beneficios no debe el ser humano a tan noble animal; en tiempos remotos, compañero de caza; desde siempre, cuidador hasta el sacrificio de los bienes y los hogares humanos; fiel conductor de sus amos impedidos por ceguez, u otras minusvalías físicas, cuidador y pastor de sus rebaños; y con el tiempo y complicados aprendizajes, rastreador amigos de lo ajeno y de los enemigos en la guerra, defensor de la vida de sus amos y su hogar, consolador en sus males y soledades y finalmente, dueño del dolor ante la muerte de ellos. Modernamente, con métodos de adiestramiento que a veces se convierte en crueldad, asesoran a las ejércitos en las guerras, a la policía en la búsqueda de delincuentes, en registro de lugares y personas en busca de estupefacientes o explosivos, en celadurías extenuantes, en asuntos de orden público urbanos y rurales, en busca de sobrevivientes ante un desastre natural.
En el hogar de quienes lo reconocen (últimamente como un derecho consagrado), son parte integral de los hogares y como tal, hacen parte del grupo inter-familiar con derechos reconocidos y cuya violación es punible en casi todas las legislaciones del mundo. Además son, de acuerdo a las prácticas de tratamientos modernos de la psiquiatría, seres-elementos fundamentales en muchas y diversas terapias para la salud física y espiritual de pacientes humanos.
Y no dejemos atrás el cúmulo de valores que encierran estos seres únicos; el amor, la lealtad y la incondicionalidad con su amo sin importar los difícil del camino, los convierten en verdaderos héroes ya que su devoción llega hasta dar su vida por él.
Ideal no dejar pasar este Día como uno más de tantos, ojalá que algo de lo que vinieron a recordarnos quede adentro de nosotros y nos inspire a vivir en un mundo mejor .
Fuente: RedZoocial