Contra toda previsión, desoyendo los criterios académicos y las necesarias opiniones de los habitantes de la región, (consulta previa), el gobierno dispuso iniciar el laboratorio, ensayo, taller o monitoreo exploratorio en Puerto Wilches y zonas aledañas del tradicional sector petrolero colombiano. El Magdalena medio abarca casi la totalidad de la historia petrolera colombiana del pasado siglo, con los impactos ambientales y humanos, los conflictos sociales y agrarios, la guerra y la muerte, de alguna manera relacionadas con esa actividad minera. La destrucción de ciénagas, el envenenamiento de los ríos, la destrucción de la agricultura, la ruina de los pescadores, el deterioro de los bosques y de la fauna silvestre, son, entre otras, consecuencias graves de esa actividad del pasado cuyo testimonio son los pozos contaminantes mal cerrados que con frecuencia vierten residuos sobre la superficie.
El empeño gubernamental en aplicar el pilotaje del fracking allí, es decir, el uso de presión hidráulica capaz de romper las capas rocosas del subsuelo profundo, hace parte de la política económica de un estado en crisis que pretende tapar los rotos presupuestales con semejante riesgo prohibido en casi la totalidad del mundo. Y, de esta manera, comenzará un nuevo ciclo del desastre que es la extracción y uso de energías fósiles, ya de salida del contexto del mundo moderno.
Fuente: Fundación Amigos del Planeta.
